Cagué, no me voy a poder titular.
sábado, marzo 04, 2006
Dicen que quien no se tira a la pileta no se titula, y si hacemos caso a la sabiduría popular de los dichos, caché, no me voy a poder titular. Con notable pillería, y apelando a la emocionalidad talvez, logré safarme de toda oportunidad en que se me quiso mojar siendo mechón, sin saber claro que nuestra pileta tendría un final tan digno de drama griego.
El jueves recién pasado, mientras asistía a una entretenida primera clase de Bridge, tuve el triste privilegio de ser uno de los pocos testigos de la destrucción de la que será, seguramente, una de las piletas más importantes de la historia del siglo XX chileno. Unas inconfundibles caras de mechón me acompañaban, pero claro sin sufrir lo que sólo ya dos años de estudio en esta Escuela me pudo provocar.
Lo reconozco, no soy tan emocional, por eso cuando entramos a clases y algunas gentes golpeaban cielo y tierra por la potencial depresión masiva que causaría el murayon de pizarreño que nos divide de nuestro patio, yo pensaba en el futuro nuevo edificio, cómodo casino, y hasta mejor patio que tendríamos. Pero al ver como una maquina destruía de a poco(aunque bastante rápido) la pileta, debo decir que me emocioné casi hasta las lágrimas. Todas las historias tienen un fin, y este fue el triste fin de una gran historia, de un lugar que desde 1938 fue cuna de los grandes líderes del siglo XX. ¿Cuántos ex presidentes habrán pasado por ahí? ¿Cuántos debates? ¿Hechos históricos? Los gobiernos radicales, el de apatismo, la última derecha democrática, la falange, la UP, la dictadura y los noventa, sus consecuencias políticas y culturales, muchas incidieron en la escuela, y otras nacieron de ese mismo patio.
Dicen que lo que hace grande a la Chile no son sus aulas, sino sus patios. Y ahora, ¿Qué nos hará grandes? Esperemos(y lo hago) que este no sea el fin de una historia, sino sólo el capítulo feo de una mucho más larga, y que nos tiene guardado un futuro mucho más auspicioso. Pero por ahora, los lamentos no sobran.
Lo reconozco, no soy tan emocional, por eso cuando entramos a clases y algunas gentes golpeaban cielo y tierra por la potencial depresión masiva que causaría el murayon de pizarreño que nos divide de nuestro patio, yo pensaba en el futuro nuevo edificio, cómodo casino, y hasta mejor patio que tendríamos. Pero al ver como una maquina destruía de a poco(aunque bastante rápido) la pileta, debo decir que me emocioné casi hasta las lágrimas. Todas las historias tienen un fin, y este fue el triste fin de una gran historia, de un lugar que desde 1938 fue cuna de los grandes líderes del siglo XX. ¿Cuántos ex presidentes habrán pasado por ahí? ¿Cuántos debates? ¿Hechos históricos? Los gobiernos radicales, el de apatismo, la última derecha democrática, la falange, la UP, la dictadura y los noventa, sus consecuencias políticas y culturales, muchas incidieron en la escuela, y otras nacieron de ese mismo patio.
Dicen que lo que hace grande a la Chile no son sus aulas, sino sus patios. Y ahora, ¿Qué nos hará grandes? Esperemos(y lo hago) que este no sea el fin de una historia, sino sólo el capítulo feo de una mucho más larga, y que nos tiene guardado un futuro mucho más auspicioso. Pero por ahora, los lamentos no sobran.
jjajajajaj yo si me tire!!!! leruleru
igual, que triste el patio asi.... como que no te motiva estar en la escuela...pero, como somos creativos e inteligentes, algo se nos va ocurrir,espero_!!! jejeje
bueno,
saludos!!°!